¿Cómo influye la altura en la calidad de un vino?

La calidad de un vino es el resultado de un proceso que involucra aspectos muy diversos, como la variedad y calidad de uva utilizada para su elaboración, las técnicas de vinificación elegidas, la impronta de agrónomos y enólogos  y, principalmente, las circunstancias geográficas y naturales que conforman el terruño: el suelo, los viñedos y el clima.

Más allá de estos factores clave, hay zonas en el mundo en las que la influencia geográfica determina la personalidad de tintos y blancos de forma más evidente. En los terruños argentinos, sin ir más lejos, la influencia de la altura es tal que se convirtió en una de las características más sobresalientes de nuestra vitivinicultura.

¿Qué es un vino de altura?

Un vino de altura es un vino elaborado a partir de uvas cosechadas en fincas implantadas a más de 800 metros sobre el nivel del mar.

En Mendoza, gran parte de las zonas productivas son consideradas “desiertos de altura”, ya que son llanuras con climas desérticos situadas en áreas cordilleranas o precordilleranas establecidas a más de 800 metros sobre el nivel del mar. Generalmente, la temperatura varía 1 grado cada 100 metros de elevación, es decir, que la altura también es determinante en el microclima de un viñedo.

Características de los vinos de altura

• Coloración intensa
• Concentración aromática y de sabores
• Notas a fruta madura
• Acidez natural
• Frescura y fluidez
• Tipicidad varietal
• Expresión de terruño
• Mayor presencia de taninos en el caso de los tintos
• Personalidad, carácter y expresividad

La altura influye sustancialmente en los colores, aromas y sabores de un vino; es un factor trascendental para su identidad, carácter y calidad.  

¿Cuál es la influencia de la altura en el viñedo?

La altura favorece la amplitud térmica en el viñedo, un factor fundamental para alcanzar uvas de alta calidad. Si las temperaturas elevadas del día no son compensadas o equilibradas con el frío de la noche, y si las cuatro estaciones del año no se diferencian entre sí, es muy difícil que las uvas alcancen su madurez habiendo acumulado una buena cantidad de componentes indispensables: aromas pronunciados y taninos (esto último únicamente en el caso de las tintas).

Asimismo, sin amplitud térmica también se dificulta alcanzar y mantener niveles de acidez natural suficientes como para que los vinos sean frescos y fluidos. La altura, entonces, lleva acarreada las variaciones de temperatura correspondientes para asegurar una maduración tranquila pero constante de los frutos que necesita todo vino de calidad.

Por la influencia de la altura, además de la amplitud térmica hay una gran intensidad lumínica y brisas que favorecen el desarrollo de los viñedos. La cercanía con el sol aporta carácter a cada uno de los frutos que allí nacen e influye directamente en la expresión de un vino.

En las uvas, todos estos factores se ven reflejados en la piel gruesa, la sanidad y los intensos colores, aromas y sabores que también se trasladan a los tintos, blancos y espumantes que con ellas se elaboran.

¿Cuál es el viñedo más alto del mundo?

La provincia de Salta -y fundamentalmente el terruño cafayateño- posee uno de los viñedos de altura de Argentina que se encuentra entre los más altos del mundo. Con altitudes que oscilan entre los 1.700 y los 3.100 metros sobre el nivel del mar (altura máxima) en el Alto Valle de Cafayate, la influencia de la altura en el color, el aroma y el sabor de sus tintos y blancos es sumamente pronunciada y constituye el factor más identitario de su vitivinicultura.

Sin embargo, actualmente el viñedo más alto del mundo se encuentra en la meseta del Tíbet, a 3.563 metros sobre el nivel del mar. El año pasado, sus propietarios -Rong Shun Biotechnology Development- fueron distinguidos por la altitud a la que crecen sus vides en el Guinness World Records.